hoy llovió y ayer también. andar por la alameda en un día nublado, con la chaqueta café y las botas mojadas, incluso con el paraguas que me regalaron ahí mismo, vino a alterar mi cabeza. a pesar de los recuerdos que asoman su molestosa nariz cada vez que piso la capital, esta vez fue distinto. caminar sola, a paso seguro y escuchando buena música fue bueno. llegué a imaginarme una vida nueva en esa ciudad que, no sé porqué, me atrapa tanto.
cuando llegué a viña estaba despejando, igual que mi cabeza luego de tanto pensar en el viaje sin dormir. y me quedé con esa sensación de libertad e independencia que adoro desde que vivo "sola", aunque esta vez me esperaban para almorzar.
quiero leer "la tregua" de nuevo, pero no me acuerdo dónde lo guardé.
cuando llegué a viña estaba despejando, igual que mi cabeza luego de tanto pensar en el viaje sin dormir. y me quedé con esa sensación de libertad e independencia que adoro desde que vivo "sola", aunque esta vez me esperaban para almorzar.
quiero leer "la tregua" de nuevo, pero no me acuerdo dónde lo guardé.