más de trescientos días

estaba lavando la loza y me acordé lo que me pasó hace un año.

creí morir, me vi vacía, sin nada en mis manos por qué luchar, sin salida frente a una situación que había cuidado hasta el mínimo detalle, todo mi esfuerzo mirado en menos -y hasta odiado-, las ganas de amarte por siempre y quedarnos dormidos en tu cama por las mañanas no te importaron, ni siquiera por respeto al tiempo que construimos juntos.

pero hoy puedo decir que me siento bien. las cosas me han resultado como esperaba -en todo ámbito- y tu ausencia ya no la noto, no está encima de mí recordándome lo miserable que era todo alejada de tu mano. darme cuenta que somos personas extremadamente distintas -cosa que nunca percaté cuando estuvimos juntos- y comenzar a quererme un poco más, pensar en mí primero antes que en cualquier otra persona, me hizo darme cuenta de que, habernos separado, fue algo bueno y no el fin del mundo... de mi mundo.

ha pasado un año lleno de emociones ligadas a ti, con altos y bajos... algunos bien profundos y que hicieron que mi vida pareciera un desastre sin remedio. pero como esa frase cursi y cliché que odio, "el tiempo lo cura todo", puedo decir que es cierto.

costó, pero puta que se siente bien ahora.

fin de semestre

falta poco para que acabe este semestre (de mierda) y comience la práctica. desde chica quise estar en la universidad y siempre imaginaba cómo sería, pero nunca llegué a pensar qué pasaría con mi vida una vez que terminara de estudiar, era demasiado lejano, ¿para qué gastar tiempo en eso? pero ahora está a la vuelta de la esquina.

el mundo laboral (que es doblemente terrible para un periodista) se acerca a pasos agigantados y tengo miedo de no estar lo suficientemente preparada. el tiempo ha volado y yo he avanzado sólo un par de pasitos, pequeñitos y un tanto tímidos.

cerraré los ojos y pediré suerte, por favor.

señor carabinero

recuerdo que una vez iba corriendo por la plaza de illapel. tenía unos 4 años y había mucho sol. corría y corría alrededor de la pileta, o quizás un poquito más allá. no sé cómo ni por qué, me tropecé. caí al lado de un carabinero. me miró desde lo alto, con una indiferencia terriblemente clara y volvió la vista al frente. no me ayudó a levantarme y, decepcionada, tuve que pararme solita. me puse muy triste.

en ese entonces yo pensaba que los carabineros eran gente buena y que te ayudaban cada vez que lo necesitabas. puras mentiras, igual que el viejito pascuero.

ha pasado tanto tiempo...

es raro pensar que han pasado tantos años ya. a veces siento como si todo hubiese sido la semana pasada; nosotros en la plaza o conversando en el banquito afuera del baño de hombres del colegio, ese mensaje que me enviaste a las dos de la mañana y que me supe de memoria en algún momento; los otros recreos espiándote por la ventana, mientras mis amigas me decían cosas que a mí no me importaban; todas las palabras que no me atreví a decirte, ni hace cinco años, ni hace uno.

ahora lo recuerdo y es extraño. de verdad ha pasado mucho tiempo. ahora somos personas completamente diferentes, con otros intereses y visiones de mundo distintas. yo antes creía en la vida después de la muerte y tú no fumabas.

siempre me han dicho que las cosas pasan por algo, incluso por algo mejor. yo no sé si sea verdad, pero sí siento que fue lo que debió haber sido. ya no me imagino con una vida distinta a la que hoy me toca vivir; ya no encajas en mis planes como antes, porque ahora estoy pensando sólo por mí y no por dos... sólo por mí.

si crecí por tu culpa, se nota. mis sueños han cambiado y mis aspiraciones también. ahora prefiero no esperar nada, porque así se sufre menos. ya me ha resultado.